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Archive for 27 de abril de 2010

Cómo dejar de manosear términos y pervertir significados:

Qué dice la ciencia sobre el abuso sexual infantil

Heterosexualidad, homosexualidad, pederastia y paidofilia, términos que, mal usados, siembran desinformación y confusión; para hablar sobre abuso sexual infantil es preciso ponerlos en claro.

Foto: Stock Xchng

Heterosexualidad: es la atracción sexual de una persona hacia otra del sexo opuesto. Entre 94 y 86 por ciento de la población mundial es heterosexual. Dicha preferencia no es síntoma de anormalidad o de enfermedad alguna: los heterosexuales no deben ser discriminados por su preferencia sexual, como lo marca el artículo primero de la Constitución mexicana vigente.

Homosexualidad: es la atracción sexual de una persona hacia otra de su propio sexo. Entre seis y 14 por ciento de la población mundial no es heterosexual. Dicha preferencia sexual no es síntoma de anormalidad o de enfermedad alguna. Los homosexuales no deben ser discriminados por su preferencia sexual, como lo marca el artículo primero de la Constitución mexicana vigente.

EL PEDÓFILO O PAIDÓFILO

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales vigente (DSM IV), el pedófilo es un individuo que fantasea, se siente excitado o atraído sexualmente hacia menores de 13 años por un periodo de al menos seis meses. Según la Asociación Americana de Psiquiatría, la mayoría son hombres. El pedófilo puede ser heterosexual, homosexual o bisexual. Sentir esa atracción no es un delito, pero los especialistas recomiendan que quien la siente busque ayuda psicológica o psiquiátrica, ya que ese deseo, con el tiempo, puede salirse de control y traducirse en una acción de abuso sexual contra un menor. “Lo que lleva a un pedófilo a la acción es un pobre control de impulsos. Hay una función cerebral que se da en los lóbulos frontales donde se ejerce el control de impulsos. Cuando no hay uno adecuado, se deja ir el impulso de manera incorrecta”, afirma la doctora Rosalía Fernández y de la Borbolla, médica cirujana con especialidad en psiquiatría, maestría en neurociencias por la Universidad de Barcelona, además de psicoanalista y pionera en educación sexual en México.

Con el tiempo, es probable que algunos pedófilos den el paso a pederastas, como lo publicó un estudio realizado en la Clínica de Comportamiento Sexual de la Universidad de Toronto en el 2002, pues encontró que 44 por ciento de los pedófilos estudiados se volvieron pederastas al entrar al rango de edad que va de los 40 a los 70 años, aunque es importante subrayar que no todos los pederastas son necesariamente pedófilos. Así lo afirma Michael C. Seto, autor de varios libros sobre abuso sexual y profesor asociado de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Toronto, en el Annual Review of Clinical Psychology de 2009: “Muchos pedófilos no han tenido ningún contacto sexual con niños y tal vez la mitad de los agresores sexuales de niños (pederastas) no coincidirían con el criterio diagnóstico para pedofilia”.

EL PEDERASTA

El pederasta es un adulto (o alguien con una ventaja de cinco años o más respecto al infante) que abusa sexualmente de un menor de edad. Cualquier acercamiento sexual hacia un menor, en cualquiera de sus formas —tocamientos, besos, exhibicionismo, desnudez, juegos eróticos forzados, hasta sexo oral o penetración—, es considerado un abuso sexual y está tipificado como delito. “El delito es tener cualquier acercamiento de índole sexual con niños, sin importar si la preferencia sexual del abusador es de tipo heterosexual u homosexual”, afirma Luis Perelman, especialista en sexología educativa y presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess).

Podría pensarse que las personas que se sienten muy atraídas hacia niños no encontrarán atractivas o no tendrán relaciones sexuales con personas adultas, pero sólo el siete por ciento, según publicó en su página de internet la organización Child Molestation Prevention, son pedófilos exclusivos (que sólo se sienten atraídos por menores). El 93 por ciento pertenece a la categoría de pedófilo no exclusivo: se sienten atraídos por personas menores y adultas; en muchos casos, tienen pareja o están casados.

DETONADORES CULTURALES

En un perfil sobre pedofilia —realizado por un experto del departamento de Psiquiatría del hospital Johns Hopkins para la publicación Mayo Clinic Proceedings de abril de 2007—, se citan diversas fuentes científicas que confirman que la pederastia “no es necesariamente sinónimo de pedofilia” y que afirman que “el abuso sexual infantil no es un diagnóstico médico” que implique discapacidad mental. “No es una patología que amerite justificarlo, el pederasta es una persona con juicio y que debe responder de sus actos”, dice David Barrios, médico y psicoterapeuta sexual, director de Caleidoscopía (espacio de cultura, terapia y salud sexual), y añade que “son excepcionales los casos que pueden atribuirse a alguna afección cerebral o patología clínica”. Barrios destaca como principales factores detonantes del abuso sexual contra infantes elementos de índole cultural. “En nuestras culturas hay, por un lado, un machismo exacerbado, y parte de ese machismo, que incluye a los clérigos católicos, por cierto, consiste en ejercer un poder sobre los demás, particularmente sobre menores. A los hombres, en esta cultura, se nos ha educado para tomar lo que queremos”. También lo atribuye a un ejercicio irresponsable del poder, punto en el que coincide Perelman.

El reverendo Lawrence Murphy en 1960. El 22 de abril un fiscal  estadunidense acusó a Benedicto XVI de proteger a Lawrence, por  pederastia.

El reverendo Lawrence Murphy en 1960. El 22 de abril un fiscal estadunidense acusó a Benedicto XVI de proteger a Lawrence, por pederastia. Foto: AP

Barrios afirma que desde una figura de poder cualquier pederasta puede incluso “sin amenazas físicas lograr que un menor se someta”. Para Berenice Mejía-Iturriaga, psicoanalista, doctora en Ciencias Sociales y catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM, “aunque el abusador reciba de alguna manera ‘el consentimiento explícito o implícito del menor’, es al adulto a quien va primeramente dirigida la prohibición de gozar de un menor”.

EL PODER ENVUELTO EN SOTANAS

Para Mejía-Iturriaga, la Iglesia es una estructura de poder que goza de por sí de privilegios legales, económicos y de impunidad, y que ofrece la posibilidad de que un sujeto se sostenga “en posición de superioridad porque tiene ‘un saber sobre el otro’, aduciendo que él posee la verdad, porque habla en nombre de Dios (…). Eso puede facilitar el sometimiento, la manipulación y el abuso en general de quienes le depositan al sacerdote una autoridad incuestionable; pero no significa que todos los sacerdotes vayan a abusar de ese poder”.

José Rodríguez, periodista español experto en temas religiosos, realizó una investigación para obtener conclusiones estadísticas sobre la conducta sexual del clero católico que publicó en su libro La vida sexual del clero, de Ediciones B (1995). Sus cálculos fueron hechos con datos de España, Inglaterra y Canadá y “la metodología empleada fue analizada y dada por correcta por el doctor Juan Manuel Cornejo, jefe del departamento de Metodología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona”, según una nota complementaria. Rodríguez encontró que entre los sacerdotes en activo, “95 por ciento de ellos se masturba y 60 por ciento tiene relaciones sexuales”. Dentro del grupo con vida sexual activa, “53 por ciento prefieren mujeres adultas y 21 por ciento varones adultos”. Esto significaría que 74 por ciento de los religiosos con vida sexual activa no cometen delitos contra menores… quedando 26 por ciento que sí entra en la categoría de pederastas. Según Rodríguez, siguiendo con las estadísticas del grupo sexualmente activo, “14 por ciento tiene algún acercamiento sexual con menores varones y 12 por ciento con menores mujeres”. Es importante hacer énfasis en un dato que el gran público (esto es, los no especialistas en sexología) pasa por alto a la hora de sacar conclusiones: “El hecho de que un pederasta cometa abusos contra un menor varón no significa que su preferencia sexual sea homosexual, lo único que indica es que está ejerciendo una relación de poder de tipo sexual sobre una víctima que se encuentra dentro de su dominio”. Esto mismo sucede en cárceles, ejército, internados o incluso familias. “En 26 años de carrera he atendido a muchos niños que han sido objeto de abuso por heterosexuales”, porque los pederastas abusan principalmente “de infantes cercanos a ellos”.

LAS VÍCTIMAS

Se calcula que uno de cada cuatro mujeres sufrió algún tipo de abuso sexual en la infancia y en hombres, uno de cada 11. Según diversas fuentes citadas en el texto dedicado al perfil del pedófilo del Mayo Clinic Proceedings, “los niños que sufrieron abusos experimentan mayor daño psicológico cuando el abuso proviene de una figura paterna (vecinos, sacerdotes, maestros) o involucra fuerza y/o contacto genital”.

Según datos oficiales de EU, 27 por ciento de los pederastas son familiares y se estima que en ese país sólo uno de cada 20 casos de abuso es reportado; en países como el nuestro (donde hay que sumar la desconfianza que la población tiene hacia el sistema judicial) la cifra puede ser mayor. “Las consecuencias para el niño o niña son terribles porque puede vivir en su vida adulta una sexualidad llena de culpa, vergüenza o temor”, afirma Fernández y de la Borbolla. Subraya que “se le debe creer al niño”, así como crear puentes de comunicación y confianza para que pueda expresarse sin miedo. Para Perelman la sociedad ha operado como facilitadora para los abusadores, “porque propiciamos que no se hable de sexo y hablar de sexo es vergonzoso… ese es un clima perfecto para el abusador. Seguramente esto ha sucedido durante mucho tiempo, pero sólo hasta ahora, cuando comienza a haber un clima de mayor apertura, más y más gente está verbalizando y saliendo a denunciar estos abusos”.

TRATAMIENTO PARA PEDERASTAS

La Cámara de Diputados —faltando la ratificación ante el Senado— ha tipificado por primera vez en el Código Penal federal a la pederastia como delito, con penas de nueve a 18 años de cárcel a quien cometa abuso sexual contra niños, inhabilitando al agresor por el mismo tiempo para ocupar cargos públicos y ejercer su profesión. La socióloga Mejía-Iturriaga no considera saludable para la sociedad que los pederastas religiosos tengan privilegios ante una ley laica. “Todas las personas son ciudadanos de un Estado y por lo tanto son sujetos jurídicos. Si alguien comete un delito debe ser sancionado por la ley. Suponer que un pederasta religioso es una excepción lo coloca entonces fuera de la ley y eso implicaría que la ley vale sólo para algunos”.

Independientemente de que sea procesado y purgue una pena como dicta la ley, existen tratamientos clínicos para pederastas (en algunos países son obligatorios) que elevarían las probabilidades de éxito en la prevención de reincidencia. “Fundamentalmente hay dos enfoques terapéuticos para pederastas, uno tiene que ver con procesos de psicoterapia para que no vuelva a ocurrir. Eso está sujeto a una valoración constante del terapeuta que se compromete a seguir el proceso”, afirma Barrios.

El segundo enfoque terapéutico consiste en tratamiento farmacológico que a su vez puede ser de dos tipos, ambos enfocados a inhibir el deseo sexual impulsivo. Los explica Barrios, experto mexicano en ese tema: “Uno es la castración terapéutica a partir de hormonales antiandrógenos. La testosterona es el principal factor biológico que promueve el impulso. Evidentemente en un pederasta ese deseo está alterado. Entonces se mandan inhibidores de la testosterona”. El otro esquema de tratamiento “que también ha dado buenos resultados, tanto en pederastas como en agresores de adultos, es el de inhibidores de la recaptura de la serotonina. Usualmente los empleamos los médicos como antidepresivos, pero en estos casos tienen como objetivo modular el impulso y ha dado buenos resultados”.

Respecto a los niños que han sufrido abuso, dice Fernández y de la Borbolla: “Algunos lo superarán y podrán tener una vida sexual placentera y sin miedos, pero generalmente se queda esta parte del temor hacia una relación con intimidad”. Los expertos coinciden en la importancia de que los sobrevivientes de abuso sexual infantil busquen algún tipo de psicoterapia. “Se puede salir adelante. Queda la herida, pero hay muchas formas de seguir adelante”, concluye Perelman.

Mónica Flores Lobato

http://semanal.milenio.com/node/2257


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Ahora que todos los días se nos llena la boca con el famoso Centenario, conviene recordar que uno de los temas centrales en los que convergían todas las corrientes y facciones revolucionarias de hace 100 años era precisamente la recuperación de la autonomía municipal, a partir del repudio que sentían por los jefes políticos como instrumento de dominio y opresión por el régimen del general Porfirio Díaz y su paz autoritaria.

Tampoco podemos olvidar que, si algún rescoldo quedaba, y queda, en la cultura mexicana del sentido democrático, que nos haya llegado por la raíz española, en ese “callar y obedecer”, es precisamente el de la autonomía municipal. Ayuntamiento significa justamente ajuntamiento de vecinos, es decir gobierno desde la base, democracia directa.

El Alcalde de Zalamea, ante los abusos de las tropas del rey en su pueblo, cuando el capitán le reclama respeto, le contesta: “Con muchísimo respeto os he de ahorcar, vive Dios”; y el rey acaba respaldando al alcalde.

Igualmente, en Fuenteovejuna, el pueblo harto de las tropelías del comendador del rey, lo mata. “¿Quién mató al comendador? Fuenteovejuna, señor. ¿Y quién es Fuenteovejuna? Todos a una”. Y el rey indulta al pueblo.

Volviendo al Centenario: la recuperación de la autonomía municipal fue un reclamo generalizado; y es importante subrayar que antes de que apareciera don Francisco Madero en la escena nacional, ya el Programa del Partido Liberal de 1906 y el periódico Regeneración de los hermanos Flores Magón incluían entre sus puntos centrales éste de la desaparición de los jefes políticos designados y la recuperación de la autonomía municipal.

Al igual que la liberación de los peones de las haciendas (las “cuatro quintas partes de los mexicanos” de que hablaba Justo Sierra); al igual que la educación gratuita, universal y laica como medio eficaz de integración nacional; al igual que los derechos laborales fundamentales, hoy hostilizados desde el gobierno (por ejemplo: Cananea, como hace 100 años). Todos estos postulados básicos, en los que coincidieron al redactar el texto constitucional de 1917.

Porque hoy, los intelectuales convocados por el gobierno al programa Discutamos México parecen, en su erudición, empeñados en subrayar los detalles de las diferencias personales: grandes, hay que decirlo, pero que no afectaban las aspiraciones compartidas de repudio al viejo régimen, que había que demoler para construir el México moderno con una sociedad nacional integrada y para todos.

El texto del nuevo artículo 115 decía el 5 de febrero de 1917: “I Cada municipio será administrado por un Ayuntamiento de elección popular directa. II los Municipios administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de las contribuciones que señalen las Legislaturas de los Estados y que, en todo caso, serán las suficientes para atender a las necesidades municipales”.

Muchos vaivenes ha sufrido la autonomía municipal en estos 100 años cuyo ciclo conmemoramos. Cien años cuyos logros se anda ahora apropiando mediáticamente el gobierno de la florecita de la diversidad, como si no vinieran precisamente de la raíz constitucional revolucionaria: educación, salud, seguridad social, libertad de trabajo, derechos laborales.

Como ya es sabido, la hacienda municipal, para cumplir las amplias funciones edilicias hoy expresamente encomendadas a los ayuntamientos, y más en aquellos municipios de acelerado crecimiento demográfico en un país que ha pasado de 70 por ciento de población rural a 75 por ciento de habitantes urbanos, procede justo de las licencias municipales y de los impuestos prediales, que no pueden tener situaciones de privilegio. Es una terrible ironía que los que más tienen son quienes más se resisten a cubrirlos.

Nadie puede pretender ampararse en la ley para desacatarla. Ni puede haber más excepciones a su cumplimiento que las que estén expresamente previstas en el texto mismo de la ley. Un comercio que se niega a pagar impuestos es un comercio reprobado. Un estacionamiento para vehículos terrestres que quede por ley clausurado (o abierto gratuitamente), en nada entorpece las vías de comunicación aéreas.

El hombre que preside la nación reconocida como la sede principal del libre mercado, acaba de declarar en Manhattan, ante el riesgo inminente de una nueva crisis internacional, que “libre mercado no quiso nunca decir luz verde para que cada quien agarre lo que pueda”.

egaraiz@gmail.com

http://impreso.milenio.com/node/8757963


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SCJN pide liberar a Teresa y Alberta, por irregularidades

Detectó irregularidades de la PGR como fabricación de testimonios de Alberta y Teresa y el uso de pruebas ilícitas

Carlos Avilés
El Universal
Martes 27 de abril de 2010
caviles@eluniversal.com.mx

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La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Olga Sánchez Cordero, encontró “graves irregularidades” en el proceso contra las indígenas queretanas Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, por lo que presentó un proyecto de sentencia que propone dejarlas en libertad.

Por la cantidad y gravedad de las anomalías detectadas, se prevé el voto mayoritario o unánime de los ministros en la Primera Sala del alto tribunal, tras la discusión del documento, programada para mañana miércoles.

El proyecto concluye que hay elementos suficientes para revocar la sentencia del juez cuarto de distrito en Querétaro, Rodolfo Pedraza Longh, quien las condenó a 21 años de prisión luego de encontrarlas culpables de las acusaciones de la Procuraduría General de la República por el secuestro de seis agentes.

De acuerdo con información recopilada por este diario, la Procuraduría General de la República (PGR) incurrió en irregularidades como la fabricación de testimonios y el uso de pruebas ilícitas, para acusarlas, incluso, en el delito de posesión de cocaína que también se le fincó a Alberta Alcántara Juan.

Además, el juez no garantizó que Teresa y Alberta tuvieran acceso a un debido proceso y a una defensa adecuada por tratarse de indígenas.

Ambas mujeres fueron detenidas en marzo de 2006, junto con Jacinta Francisco Marcial, ya liberada, por “secuestrar” a agentes federales durante un operativo contra venta de productos pirata en Santiago Mexquititlán.

Por presión de defensores de derechos humanos y organismos nacionales e internacionales, la PGR retiró los cargos contra Jacinta, al considerar que en su caso había una “duda razonable” sobre su participación en los hechos.

De no frenarse o alargarse la discusión, se espera un fallo en la sesión de mañana. De lo contrario el caso se pospondría hasta el mes de mayo.

http://www.eluniversal.com.mx/primera/34838.html

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