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Archive for abril 2013

Barack Obama

Obama, go home


12 de abril de 2013

MÉXICO, D.F. (Proceso).- La visita de Barack Obama a México programada para la primera semana de mayo será una excelente oportunidad para que el pueblo mexicano le demuestre al mandatario estadunidense su indignación frente al inhumano y degradante trato a que ha sido sometido por las políticas de Washington en los años recientes. Enrique Peña Nieto y Obama buscarán utilizar el encuentro para acarrear reflectores mediáticos y legitimar de manera falsa los pactos cupulares que han caracterizado a ambos gobiernos. Pero la sociedad tiene el deber de ofrecer una visión alternativa y exigir cambios radicales en la relación bilateral.

En su primera visita a México en abril de 2009, Obama fue recibido con los brazos abiertos por una sociedad esperanzada en que su llegada a la presidencia de los Estados Unidos pudiera ayudar a mejorar la situación de los mexicanos de ambos lados de la frontera. Muchos ciudadanos salieron a las calles para ver y saludar al afamado político que había llegado a la presidencia de Estados Unidos bajo la promesa del “cambio”, algunos incluso se arremolinaban en los puentes del Paseo de la Reforma con la ilusión de poder ver el paso de la caravana del nuevo mandatario.

Pero Obama no se dignó ni siquiera a sacar la mano de su limusina para saludar la tradicional hospitalidad mexicana. Simplemente se limitó a encerrarse con Felipe Calderón para girarle instrucciones al mandatario mexicano y a su equipo. Esa actitud marcó una diferencia radical con sus primeras visitas a Europa y a África, que fueron caracterizadas por discursos en plazas llenas y diálogos con una gran diversidad de actores políticos y sociales.

Desde entonces, el presidente estadunidense ha ratificado una y otra vez su falta de respeto para México y los mexicanos. Ha expulsado de Estados Unidos a cientos de miles de connacionales, gastado cantidades exorbitantes en “sellar” la frontera con México e intervenido de manera agresiva e intrusiva en la política de seguridad mexicana. Hoy las instituciones de seguridad y de inteligencia mexicanas se encuentran plenamente infiltradas por las agencias estadunidenses. Los más de 70 mil muertos, 25 mil desaparecidos y 250 mil desplazados durante la administración de Calderón son también responsabilidad de Washington.

Durante sus primeros cuatro años, Obama no logró avanzar en su país con respecto a la necesaria reforma migratoria, el control de armas de fuego o la legalización de las drogas. Los pequeños pasos que empiezan a darse hoy en estos temas no se deben a su liderazgo, sino a la acción ciudadana, a reformas de nivel local en los estados de la Unión Americana y al renovado interés del Partido Republicano, de derecha y abiertamente antimexicano, de simular un falso apoyo a la comunidad “hispana” para evitar una total desbandada del sector en las próximas elecciones.

Como ya se ha vuelto costumbre, los Estados Unidos concibe a sus relaciones con México más como un asunto de política interna que de política exterior. Hoy más que nunca México se consolida como el “patio trasero” del imperio. Mientras, Peña Nieto acepta gustoso su papel subordinado e incluso presume su deseo de apoyar a Washington en su proyecto de lograr la “independencia energética de América del Norte”. No sorprendería si el mandatario mexicano incluso aprovechara la visita de Obama para invitarlo a formar parte de su Pacto por México.

Obama viene a México por dos razones. Primero, para acarrear el apoyo de los votantes de ascendencia mexicana en los Estados Unidos con una muestra de supuesta “amistad” con México. Segundo, para urgir la privatización petrolera y respaldar la consolidación del proyecto neoliberal enarbolado por Peña Nieto. Obama y los Estados Unidos no conocen de principios o ideales en sus relaciones internacionales, ellos únicamente tienen intereses estratégicos. El botín del petróleo mexicano es particularmente importante hoy para el país vecino por el contexto de inestabilidad política tanto en el Medio Oriente como en Asia. Y todas las petroleras norteamericanas sin excepción tienen puesto el ojo en Pemex.

Obama ha traicionado la esperanza de los mexicanos. Hoy, en lugar de poner la otra mejilla, habría que demostrarle al presidente norteamericano que no aceptamos que su gobierno siga fomentando la muerte, la explotación y el saqueo de México y los mexicanos. Los ciudadanos deberían mostrarle a Obama su inconformidad y decirle con todas sus letras que si el presidente estadunidense no está dispuesto a cambiar sus políticas y respetar al pueblo mexicano, lo mejor será que se regrese a la Casa Blanca. Ya tenemos suficientes políticos deshonestos en México como para importar otros más desde el norte.

De manera paralela, también valdría la pena ir desarrollando una nueva agenda ciudadana con respecto a las relaciones México-Estados Unidos. Esta agenda podría incluir, por ejemplo, cancelación de todo financiamiento militar y de seguridad hacia México, renegociación del Tratado de Libre Comercio, incorporación de México en la OPEP, así como una fuerte y decidida defensa de los connacionales al norte de la frontera. Un presidente mexicano realmente digno también exigiría al ocupante de la Casa Blanca el pago de reparaciones por la enorme destrucción humana y material causada por la guerra contra las drogas ideada y coordinada desde Washington. México solamente avanzará en el concierto de las naciones a partir de una actitud digna y de acciones decididas a favor de su soberanía y fortaleza nacional.

www.johnackerman.blogspot.com

Twitter: @JohnMAckerman

http://www.proceso.com.mx/?p=338855

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Hijos y padres incómodos

 

Mala Madre

Hace 15 años, durante la precampaña de Vicente Fox a la candidatura presidencial del PAN, me tocó cubrir una conferencia del entonces gobernador de Guanajuato en el ITAM. Le fue bastante bien. Con decirles que hasta Alejandro Murat, hijo del gobernador electo de Oaxaca, le hizo un reconocimiento “por hablar siempre de frente”, antes de cuestionarlo por una participación previa en la UNAM. Ésa fue mi nota (Reforma 19/nov/1998).

El día de la publicación, un par de escuincles que dijeron pertenecer al grupo político del panista José Luis Luege fueron al periódico a quejarse de la nota y mi jefe me pidió atenderlos. Estaban bastante alterados. Un chico y una chica que no rebasaban los 20 años, según recuerdo, estudiantes itamitas presentes en la conferencia. Su reclamo era que Alejandro Murat, entonces estudiante y hoy actual titular del Infonavit, no había dicho lo que yo había escrito. Que cómo me atrevía a mentir de esa forma. Que ya habían pedido mi cabeza al director del periódico y que después de su queja a ver cuándo volvía yo a hacer periodismo. Que ellos llevaban años en la política y yo, pobre mortal proletariada, gracias daría de tener con qué vivir. O algo así.

Mientras los escuchaba por mi cabeza pasaban toda clase de conjeturas: ¿me equivoqué de nombre? ¡Pero si lo corroboré con Marta Sahagún! No, estoy segura que fue Murat quien dijo eso. ¿Y a éstos qué les pasa? ¿Qué no son panistas? ¿O su candidato no es Fox y por eso reclaman? ¿Y por una nota de interiores, apenas cumplidora? No manchen.

Lo que más me impresionó fueron sus caras. Rojas del coraje frente a las cuales blandían, de forma alternada según a quién le tocara el turno, el dedo índice acusador con el cual me rebajan a la clase a la que pertenecía, según ellos. La verdad me tenían atónita. No por la posibilidad de que su amenaza se cumpliera (el griterío era tan absurdo que nunca me preocupé por quedarme sin trabajo, no estaba en esa clase de periódico), sino porque ellos creyeran que me estaban espantando y por algo tan nimio. Cuando por fin salí de mi asombro atiné a decirles que podían pedir mi cabeza a quien quisieran, par de inmaduros. No saben cómo se ofendieron. Llamaron de nueva cuenta a mi jefe para exigir mi despido inmediato. Lo único que pasó es que recibí disculpas de Luege y hasta de Sahagún por la histeria de este par de chavos, cuyos nombres ya olvidé.

Desde antes y con mucha razón a partir de entonces, no puedo con la gente que cree que te puede poner un pie encima. Que te ve por encima del hombro. Que te barre, dirían mis hijas. Que pierden completamente la proporción de las cosas por que creen que el dinero que tienen, el cargo que ostentan (ellos o sus padres), la casa en la que viven o el auto que conducen, les da privilegios sobre los demás. Pero vaya, quién soporta algo así.

Por esta misma razón jamás he ido a un lugar (antro, restaurante, fiesta) en donde un cadenero o quién sea decide si puedo pasar o no, o si estoy en una lista. Ya me parecía aberrante en mi juventud, imagínense en mi edad adulta. Tampoco voy a restaurantes de moda sin reservación, en donde tenga que hacer fila de horas mientras desfallezco de hambre. Como la gente normal, pues.

A estas horas de nuestras vidas ya todos sabemos que Andrea Benitez, la hija del titular de la Profeco, Humberto Benitez Treviño, no es como nosotros. Chance y conozca a mis amiguitos itamitas del PAN. Ya sabemos también que armó un mega pancho el viernes pasado a la hora de la comida porque el Maximo Bistrot, un restaurante de la colonia Roma en la Ciudad de México, no le dio la mesa que quería en el momento en que la quería y pidió a su papá (o a quién haya sido, todavía no sabemos exactamente cómo estuvo) que clausuraran el lugar.

Todo este domingo nos la pasamos como yo aquél día de noviembre del 98, de incredulidad en incredulidad. Se armó el merequetengue en las redes sociales. Horas después llegó la disculpa de la niña por haber incomodado a los demás comensales con sus gritos, pero de ninguna manera se retractó. Es que el trato fue grosero y a ella también le incomodó mucho, según tuiteó en su cuenta que a partir de ahora tiene candado.

PROFECO Tuit hija 1

PROFECO Tuit hija 2

Más tarde el papá salió por fin a hacerse cargo… a medias.

El escándalo fue tal, con exigencia de renuncia incluidos, que la Secretaría de Economía tuvo que sacar un comunicado por la tarde-noche en el que asegura que hay una investigación en curso y que la Procuraduría Federal del Consumidor “se encuentra inmersa en una reestructuración que, entre otros objetivos, tiene el de actuar estrictamente apegado a derecho”. ¿O sea que hasta ahora no se hacía? ¿O cómo? Pos no entendí.

Lo que sí parece quedar claro es que los argumentos con los que pretendían clausurar el lugar no proceden, pues los verificadores afirmaron que sólo podían vender un mezcal (El Espadín), cuando la Norma Oficial Mexicana dice que se puede ése y 19 más.  Y que los del restaurante nunca especificaron ni respetaron el tiempo que tenía que esperar la señorita para que le asignaran mesa, cuando el artículo 7 de la Ley Federal de Protección al Consumidor dice que sólo se debe informar la política de reservación.

Para ese momento, cuando las aguas se suponían más calmadas, el Maximo Bistrot decidió que tenía demasiado apoyo y que requería deshacerse de algunas simpatías. Y que le da RT a un tuit a tono con el papelazo Benitez que provocó todo el escándalo. O sea, tal pa cual.

PROFECO RT BISTROT

 

 

No me asusta la naquez de nadie, pero aquí el adjetivo fue usado en un tono totalmente despectivo y muy equiparable a lo que nos imaginamos fue la escena del reclamo de #LadyProfeco. Qué necesidad de que los ofendidos salieran a darle su aval.

El asunto es legal por tratarse de abuso de autoridad y tráfico de influencias, aunque la clausura no se haya concretado; aspiraríamos entonces a que no se quede sólo en la renuncia forzada del procurador, sino a que haya una investigación que incluya las sanciones correspondientes.

Pero también hay un asunto moral que tiene que ver con lo que enseñamos a nuestros hijos. Si una de mis adolescentes hace algo indebido, sabe perfectamente que arderá Troya, así que lo pensará dos veces antes de actuar. De hecho, cualquier hijo nuestro lo sabe. Por eso me cuesta mucho trabajo creer que la hija de Benitez Treviño pensara en algún momento que estaba haciendo algo incorrecto. Sin más elementos que mi experiencia como madre y como integrante de la proletariada clase media, me late a que estaba haciendo uso de su derecho de pertenencia a la sociedad, ésa de la que hablaba Susanita. De la que tiene apellido y a la sartén por el mango. (No mi sartén y mucho menos mi mango).

Esas cosas se maman y en el momento justo le salen a uno naturalitas (como lo demostraron mis panistas itamitas). En otras épocas, de cero redes sociales, Internet y poca voz a las inconformidades, Andrea Benitez tal vez se habría salido con la suya. Hoy tenemos que dar gracias a la shulada de tecnología que nos ha dado el empuje que necesitábamos para estar friegue y friegue, para exhibir las violaciones a la ley y para evidenciar hasta los errores que cometemos como padres. Y también, por qué no, para ubicar a las partes de un conflicto, que en este caso parecen provenir del mismo palo.

 

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Salarios de hambre

Por:  Sanjuana Martínez – abril 29 de 2013 – 0:01

COLUMNAS,  Daños colaterales

Román gana 350 pesos semanales despachando gasolina. Cuando lo contrataron, el empresario dueño de una veintena de gasolineras le dijo que su salario dependía de las propinas. Pero durante los últimos tres años nunca ha obtenido más de

500 pesos a la semana, cantidad que resulta insuficiente para mantener a sus tres hijos.

Un salario mínimo de 62 pesos diarios alcanza para poco. Eso piensa José, trabajador en una granja avícola que padece los estragos de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Tiene cuatro hijos y apenas puede comprar Maseca, pasta y frijoles. Su dieta consiste en eso, sin carne de res, sin pollo, sin leche, sin harinas, sin arroz…

A los profesionistas tampoco les va bien. Daniela está a punto de graduarse de periodista, pero en el periódico local donde trabaja sólo le pagan cuatro mil pesos al mes. El caso de Everardo, médico general y maestro de la Facultad de Medicina, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ilustra muy bien  el empobrecimiento de la vida: la máxima casa de estudios le paga 100 pesos la hora de clase.

En la misma situación se encuentran las trabajadoras domesticas. Si les va bien, por ocho o 10 horas de trabajo llegan a obtener  200  pesos.  Y  la situación  es la  misma  para  campesinos,  mecánicos,  obreros,  maestros,  secretarias,  cajeras, choferes, mensajeros… Actualmente hablar del aumento de los salarios es considerado de mal gusto. Por decreto todo aumenta, menos los salarios. Por esto tenemos el país que tenemos. Grave error.

En el Día del Trabajo, este 1 de mayo, es necesario exhibir las formas de esclavitud que ha ido adquiriendo el sistema laboral en México con salarios ínfimos; salarios que son un insulto a la dignidad de los trabajadores y que sólo generan hambre, marginación y pobreza.

Algo que ha dejado de preocuparle  a gobierno  y empresarios,  a la Comisión  Nacional  de  Salarios Mínimos,  que de manera surrealista sigue decretando  incrementos miserables al salario, como el 3.9 por ciento de 2013, que significa 2.43 pesos diarios. Una burla.

Durante los últimos cuatro sexenios, los salarios han sufrido una caída estrepitosa que no deja de aumentar el abismo entre  ricos  y  pobres.  La  hambruna  es  producto  de  la  indolencia  de  los  poderes  empresariales,  gubernamentales  y sindicales. Todos por intereses propios de enriquecimiento han provocado la mayor crisis salarial de la historia reciente en México.

El mérito de empresarios, gobierno y sindicatos es haber colocado a la clase trabajadora en niveles insospechados  de carencias. Lograron que el poder adquisitivo de los trabajadores fuera rebasado por el incremento de precios. Por tanto, sus aumentos salariales de risa no son suficientes. Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que el poder de compra del trabajador ha caído 80 por ciento.

Y para muestra, aquí están los datos: se requieren seis mil 570 pesos para adquirir una canasta básica, es decir, 3.5 salarios mínimos, según un estudio del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la Universidad de Guadalajara. De 121 artículos básicos, 109 productos (90.1 por ciento) aumentaron de precio.

Además hay que añadirle los gasolinazos mensuales que el gobierno de Enrique Peña Nieto mantiene al igual que su antecesor  el panista Felipe Calderón.  Y los incrementos  a los servicios  básicos:  luz,  agua, gas; y los aumentos  a la vivienda, ropa y calzado.

Todos esos incrementos reales, no corresponden con los aumentos de ficción que los señores empresarios en contubernio con los líderes sindicales charros y el gobierno, otorgan anualmente a los salarios.

La manipulación de las cifras y los niveles de inflación por parte del gobierno sirven como maquillaje, pero en la práctica no funciona. La gente tiene hambre, los millones de pobres aumentan de manera vertiginosa.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señala que uno de cada cinco mexica nos con empleo apenas gana un salario mínimo para vivir   o sencillamente no recibe ingreso alguno. Hay 10 millones 145 mil 865 personas en esa condición y representan el 21 por ciento de los 46.8 millones que conforman la población ocupada de México.

Las cifras  desmienten  el optimismo  teatral  de Enrique  Peña  Nieto.  El gobierno  ya no puede  esconder  debajo  de la alfombra a los pobres y hambrientos.

El  mismo  Secretario  del  Trabajo,  Alfonso  Navarrete  Prida,  reconoce  que  hay  seis  millones  600  mil  trabajadores percibiendo en este momento un salario de hasta 60 pesos diarios. Y no le quedo más remedio que aceptar que en peor situación hay cuatro millones de personas que trabajan pero no reciben ingresos por su labor.

Esto corresponde a la población ocupada, pero en desventaja se encuentran los dos millones y medio de desempleados que oficialmente existen; de los cuales un millón 300 mil son jóvenes. A estos números hay que añadir que hay seis millones 200 mil jóvenes que ni estudian ni trabajan.

Este tipo de políticas salariales y de generación de empleos sólo provocan desesperación. Por tanto, no es de extrañar el surgimiento  de estallidos sociales como al que asistimos en Guerrero con un sector concreto de los trabajadores:  los maestros. Estos minisalarios son el caldo de cultivo ideal  para las revoluciones.

La gente desesperada, con hambre y sin salidas laborales se tira al monte. Los empresarios hambreadores pueden estar contentos. Sus raquíticos aumentos salariales están generando un descontento  social que al final también afectará sus vidas y las de sus familias.  Al igual que los líderes sindicales  charros  cuya existencia  depende  precisamente  de los empresarios hambreadores, y también a los funcionarios corruptos. A todos, tarde o temprano, les afectará este sistema feudal,  injusto,  basado  en la esclavitud  de los trabajadores.  Todos  son responsables.  Recuérdenlo  este 1 de mayo  y siempre.

Como dijo Kofi Annan: “Donde existe la esclavitud, es negada la dignidad humana, y avergüenza a todos los que dicen ser misericordiosos o comprometidos con los débiles y vulnerables del mundo”.


http://www.sinembargo.mx/opinion/29-04-2013/14036

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para blog 22 junio 09

La farsa de la evaluación magisterial

La anunciada evaluación a los docentes es un engaño. No resuelve ni ayuda.

Es cierto, la calidad educativa está por los suelos. Es cierto también que la evaluación es un instrumento necesario: evaluación al docente, evaluación al alumno, evaluación a las autoridades, evaluación al sistema educativo en su conjunto y evaluación al entorno social que produce la baja calidad educativa. Todo eso es necesario.

Pero la reforma educativa no tiene nada que ver con todo ello. No se propone evaluar la educación en México, sino facilitar el despido de los maestros. No es una reforma educativa. Es una reforma laboral. ¿Correr a un maestro permitirá elevar la educación de los niños de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla? Lo dudo mucho.

La evaluación a la que se refiere la reciente reforma constitucional es la que ya venían pactando Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo. Es el mismo modelo. Es la misma ideología. Se trata de un examen de conocimientos que se realiza a los alumnos, con el cual se califica a los maestros. De acuerdo a dicho esquema, si el alumno sale mal evaluado el maestro también queda reprobado.

Pero… ¿El bajo desempeño académico del alumno no reprueba en primer lugar al propio sistema educativo y al mismísimo sistema social? ¿Alguien en su sano juicio puede afirmar que el buen desempeño de un niño desnutrido y en extrema pobreza depende simplemente del rigor académico de su maestro?

Basta con analizar hacia dónde está dirigida la mira de la reforma educativa, en dónde aparecen los más bajos desempeños escolares regionales y en qué zona se encuentra la propuesta magisterial. El denominador común es el territorio más empobrecido del país.

Sí se trata de hablar de evaluación cito a los más reconocidos expertos. En su libro Evaluación de Proyectos Sociales, Ernesto Cohen y Rolando Franco afirman:

«En un proyecto educativo cuyo objetivo es mejorar el rendimiento de alumnos primarios pertenecientes a sectores en situación de pobreza (…) pueden mencionarse cinco factores (variables independientes) que influyen sobre el rendimiento: 1) estado nutricional; 2) método pedagógico; 3) infraestructura escolar; 4) coeficiente de inteligencia de los alumnos y 5) nivel económico social de sus familias».

Como puede observarse, el buen desempeño del maestro puede influir en la variable número dos. Es decir, su adecuada formación implica la utilización de un método pedagógico que facilite el aprendizaje. ¡Pero el maestro no puede influir en las otras cuatro variables! ¡El maestro no alimenta a los niños, no construye las escuelas, no determina la inteligencia biológica de los educandos y no paga los salarios de los padres de sus alumnos, ni determina el nivel de desarrollo regional de sus comunidades.

Los cuatro estados con mayor desnutrición infantil, pobreza y subdesarrollo regional son Oaxaca, Guerrero, Puebla y Chiapas. Detrás de este dato se encuentran los bajos salarios, la deficiente infraestructura, la pobreza extrema, la fuerza de las empresas que producen alimentos chatarra y la falta de un proyecto social. La evaluación de los estudiantes de nivel básico de estas entidades reprueba a los gobiernos federal y locales y al modelo de desarrollo económico y social. Pretender responsabilizar a los profesores del drama educativo que vive el país es una aberración. Por eso digo y reitero: la evaluación educativa aprobada por los firmantes del Pacto por México es una farsa.

Twitter: @martibatres

http://www.lasillarota.com/component/k2/item/66329-la-farsa-de-la-evaluaci%C3%B3n-magisterial

 

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devastadora-explosi-n-west-texas-planta-fertilizantes-deja-saldo-de-al-menos-15-muertos-y-179-heridos-fotos

La explosión de la planta de fertilizantes de West, Texas

Las víctimas que los medios ignoraron

Democracy Now!

La Maratón de Boston y sus repercusiones han acaparado la atención de los medios de Estados Unidos. Sin embargo, otra serie de explosiones ocurridas dos días más tarde, y en las que el número de víctimas mortales fue cuatro veces mayor, tuvo mucho menos cobertura mediática. Fue el peor accidente industrial en años, aunque llamarlo accidente no tiene en cuenta que era evitable y que posiblemente se trate de un acto negligente, como suele suceder en muchos lugares de trabajo peligrosos.

La primera llamada al 911 llegó a las 7:29 de la tarde del miércoles 17 de abril. Una mujer que se encontraba en una plaza de juegos vio un incendio del otro lado de las vías del tren, en las instalaciones de la empresa West Fertilizer Co., en la pequeña localidad de West, Texas, cerca de Waco. Acto seguido, el departamento local de bomberos voluntarios se movilizó. Menos de 25 minutos más tarde, una enorme explosión sacudió la planta y causó ondas de choque, escombros y fuego en toda la localidad de West, provocando la muerte de 15 personas, entre ellas un médico del servicio de emergencias, ocho bomberos voluntarios y un jefe de bomberos de Dallas que estaba visitando a sus hijos y se sumó al esfuerzo de los bomberos.

El sistema de radio de emergencias recibió la siguiente llamada: “Necesitamos todas las ambulancias posibles en este momento. Acaba de explotar una bomba aquí dentro. La situación es muy grave. Muchos bomberos están en el suelo”.

Mujer: “Hay bomberos caídos. Reitero, hubo una explosión. Hay bomberos caídos”.

A esta siguió otra llamada, en la que se sentían quejas en el fondo: “La residencia de ancianos ha sufrido daños graves. Hay muchas personas inconscientes. Por favor, envíen ayuda”.

Se formó una nube en forma de hongo en el cielo. La explosión fue de una magnitud de 2,1 en la escala de Richter, equivalente a un pequeño terremoto. Las llamadas al 911 no dejaban de llegar. La gente denunciaba que había estallado una bomba, que muchos estaban heridos y otros envueltos en una nube tóxica. Entre 60 y 80 casas fueron sacudidas por la explosión.

Una semana más tarde, con el incendio extinguido y la mayoría de los funerales ya realizados, hay importantes preguntas que permanecen sin respuesta. Un equipo de unas 70 personas está investigando la fuente de la explosión. Reuters informó el sábado que la planta albergaba 2.700 toneladas de nitrato de amonio, es decir 1.350 veces la cantidad mínima por la que una planta está obligada a informar al Departamento de Seguridad Nacional (DHS , por sus siglas en inglés) acerca de sus reservas. El nitrato de amonio es un fertilizante utilizado en la agricultura industrial a nivel mundial y es estable cuando se lo almacena en forma adecuada. Es muy inflamable si entra en contacto con el fuego, especialmente cuando se mezcla con combustible, como lo demostró Timothy McVeigh, autor del atentado de 1995 contra el edificio federal Murrah en Oklahoma City. La empresa West Fertilizer Co. nunca informó al Departamento de Seguridad Nacional acerca de sus niveles de almacenamiento de nitrato de amonio.

Este requisito se fundó en la preocupación de que posibles terroristas roben nitrato de amonio. Hay otros organismos federales y estatales que están a cargo de controlar las plantas de fertilizantes, las instalaciones de almacenamiento de productos químicos y los lugares de trabajo en general. Sin embargo, la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA , por sus siglas en inglés) inspeccionó las instalaciones de West Fertilizer Co. por última vez en 1985. Un informe de una inspección presentado en junio de 2011 a la Agencia de Protección Ambiental enumeraba el almacenamiento de 24.000 kg. de amoníaco anhidro, un fertilizante diferente, pero se afirmaba que no presentaba ningún riesgo grave.

La explosión de la planta de West Fertilizer sucedió apenas un día después del 66° aniversario del llamado “desastre de la ciudad de Texas”, considerado como el peor accidente industrial en la historia de Estados Unidos. Dos mil trescientas toneladas de nitrato de amonio destinado a Francia como parte del Plan Marshall para la reconstrucción y ayuda de Europa se prendieron fuego a bordo del buque SS Grandcamp. La explosión que ocurrió a continuación dejó un saldo de al menos 581 muertos y 5.000 heridos, y destruyó 500 hogares. Cabría pensar que Texas es sensible a los riesgos potenciales de este peligroso químico. Sin embargo, el gobernador Rick Perry le dijo a Associated Press: “[La población], a través de la elección de sus representantes, envió un claro mensaje de conformidad con el nivel de supervisión”. Recientemente, Perry elogió las normas ambientales de Texas, extremadamente laxas, en su intento de atraer a empresas de estados como California e Illinois a instalarse allí.

El 28 de abril es el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo y se celebra la Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores Fallecidos y Lesionados. En Estados Unidos, en honor a las 4.500 personas que mueren cada año en el país en su lugar de trabajo. En promedio, trece trabajadores van a trabajar cada día y nunca regresan. Tom O’Connor, director ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, sostuvo: “mientras las empresas critican las normas y priorizan las ganancias por encima de la seguridad, los trabajadores son los que pagan el precio”.

En la explosión en West, Texas, murieron trabajadores, socorristas, jubilados y vecinos. Muchas personas mueren o resultan heridas a diario en Estados Unidos debido a que los lugares de trabajo no cumplen con las normas de seguridad, pero esto parece tolerarse como el precio que hay que pagar para desarrollar una actividad comercial. El gobernador Perry declaró a West área de desastre y pidió que se rezara por las víctimas. Eso no es suficiente. Como dijo la legendaria sindicalista Mary “Mother” Jones: “Recen por los muertos y luchen a muerte por los vivos”.


Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2013 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

 

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=167330&titular=las-v%EDctimas-que-los-medios-ignoraron-

 

 

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RosarioRobles

La progresista perdida

Denise Dresser
29 Abr. 13

Se busca progresista perdida. Pelo café, ojos castaños, lentes grandes, sonrisa abierta, entusiasmo contagioso, don de mando, compromiso con el país. Se busca política de principios. Sin maquillaje, sin pretensiones, sin aviones privados, sin afiliaciones priistas, sin helicópteros, sin alianzas con Enrique Peña Nieto, sin zapatos de tacón, sin bolsas de marca. Se busca a la Rosario Robles que México conoció y admiró cuando ingresó por primera vez a la política. Fue vista por última vez en los noventa al frente del Gobierno del Distrito Federal. Si tiene información sobre su paradero, comuníquese de inmediato con los ciudadanos que la recuerdan como alguna vez fue.

En su lugar, desde hace más de una década, está una mujer desconocida. Una secretaria de Desarrollo Social a la que parece importarle más seguir en la vida política que vincularse con un partido que la ensucia. Una líder a la que parece preocuparle más defender al PRI que recordar los años que pasó denunciando sus peores prácticas. Una mujer sin principios claros ni compromisos firmes. Transformada. Una mujer cuyo destino quedó trastocado por haberse enamorado del hombre equivocado.

Como escribí poco después del «Ahumadagate», a nadie le importaría la historia sentimental de Rosario Robles si su pareja hubiera sido un biólogo molecular o un vendedor de coches. A nadie le hubiera preocupado que Rosario Robles le rentara la casa a su novio si él no hubiera tenido contratos multimillonarios con la ciudad que el PRD gobierna. A nadie le hubiera interesado la relación que mantenía con Carlos Ahumada si él no hubiese declarado su intención de sabotear a Andrés Manuel López Obrador. Rosario Robles no pagó el precio de la pasión desatada; pagó el precio de la corrupción facilitada. No pagó el precio de una relación sentimental; pagó el precio de la ignorancia criminal. No pagó el precio del corazón ardiente; pagó el precio de los ojos cerrados. No pagó el precio del enriquecimiento personal; pagó el precio por aprovechar el de su pareja. Quizás tenía las manos limpias pero el juicio desactivado.

Y ese desfase entre la inteligencia y el buen juicio merece ser revisado ahora a la luz del escándalo desatado en Veracruz. Como en otros momentos de su vida profesional, Rosario Robles no alcanza a comprender la dimensión del problema. Lo más desconcertante de los últimos días no ha sido su evasión ante lo ocurrido sino su autismo. Lo más sorprendente de los últimos días no ha sido su actitud defensiva frente al clientelismo electoral del PRI, sino su incapacidad para entender cuán ofensivo es. Se defiende pero no entiende. Como no comprende el contenido de las preguntas sobre lo que implica trabajar en una organización que compra el voto, no ofrece una buena respuesta. Porque hay algo fundamental que la ahora experredista no logra vislumbrar.

En este asunto pierde el país. En este asunto pierde la población. En este asunto pierde el interés público; un concepto que Rosario Robles desconoce o rehúye. ¿Dónde estaba el interés público cuando Rosario Robles permitió que la Cruzada Contra el Hambre determinara los municipios con criterios políticos-electorales en lugar de índices de pobreza? ¿Dónde estaba el interés público cuando dio instrucciones para encender la maquinaria electoral veracruzana, y si no fue ella entonces quién lo hizo? ¿Dónde estaba el interés público cuando aceptó la distribución de dinero turbio en aras de promover una elección que después defendería como limpia? ¿Dónde quedó el interés público cuando ignoró el clamor creciente en torno al video revelado y el modus operandi tan atávico que contenía? ¿Dónde quedó el interés público cuando Rosario Robles decidió cambiar de piel?

Rosario Robles responderá que todo es una calumnia, que todo es un cohecho, que todo es una embestida de sus enemigos. Pero tiene razón cuando declara «no me han hundido ni me hundirán». Se ha hundido sola. Rosario Robles lleva años arrastrando acusaciones; lleva años pagando deudas; lleva años explicando irregularidades; lleva años intentando evadirlas. Para Rosario Robles, el fin siempre justifica los medios y sus declaraciones -una y otra vez- lamentablemente lo demuestran. Se vale ser clientelar si los demás también son clientelares. Se vale caminar por el lodo si de ganar elecciones se trata.

Rosario Robles está allí desde hace tiempo cuando se transforma en otra cosa, cuando se vuelve otra persona. Cae en él cuando deja de ser ella misma, cuando le importa más su imagen que los pobres en cuyo nombre dice hablar. Se hunde cuando abandona el lugar que tenía en el corazón de muchos mexicanos para resguardarse primero en el corazón de Carlos Ahumada, y segundo en el equipo de Enrique Peña Nieto. O peor aún: quizás la Rosario Robles de hoy es la misma de ayer y el escándalo lo ha hecho evidente. Quizás muchos mexicanos -incluyendo a la autora- se empeñen en encontrar a la mujer que conocieron y admiraron, pero no tenga sentido hacerlo. Quizás nunca existió y nos veremos obligados a «aguantar» a quien la reemplazó.

http://www.reforma.com/editoriales/nacional/698/1394724/default.shtm

 

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