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Archive for 30 de octubre de 2012

El altar de muertos: origen y significado en México

Patricia Beatriz Denis Rodríguez,
Andrés Hermida Moreno
y Javier Huesca Méndez

Através de la historia del hombre, el culto a los muertos se ha manifestado en diferentes culturas de Europa y Asia, como la china, la árabe o la egipcia, pero en las culturas prehispánicas del continente americano no ha sido de menor importancia; así, la visión y la iconografía sobre la muerte en nuestro país son notables debido a ciertas características especiales, como el sentido solemne, festivo, jocoso y religioso que se ha dado a este culto, el cual pervive hasta nuestros días.

La muerte es un personaje omnipresente en el arte mexicano con una riquísima variedad representativa: desde diosa, protagonista de cuentos y leyendas, personaje crítico de la sociedad, hasta invitada sonriente a nuestra mesa.

En México, las culturas indígenas concebían a la muerte como una unidad dialéctica: el binomio vida-muerte, lo que hacía que la muerte conviviera en todas las manifestaciones de su cultura. Que su símbolo o glifo apareciera por doquier, que se le invocara en todo momento y que se representara en una sola figura, es lo que ha hecho que su celebración siga viva en el tiempo.

Es así, una ardua tarea entender la muerte y su significado, labor que abarca momentos de innumerables reflexiones, rituales y ceremonias de diversa índole, lo que ha erigido el máximo símbolo plástico de la representación de esta festividad: el altar de muertos. Dicha representación es quizá la tradición más importante de la cultura popular mexicana y una de las más conocidas internacionalmente; incluso es considerada y protegida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Para conocer más acerca de la festividad del Día de Muertos y el significado que tiene hoy el altar, es necesario echar una vista atrás a la historia, hacia las épocas prehispánica y colonial, para tener un panorama más amplio de su significado.

La época prehispánica

Los orígenes de la tradición del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los españoles, quienes tenían una concepción unitaria del alma, concepción que les impidió entender el que los indígenas atribuyeran a cada individuo varias entidades anímicas y que cada una de ellas tuviera al morir un destino diferente.

Dentro de la visión prehispánica, el acto de morir era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, el reino de los muertos descarnados o inframundo, también llamado Xiomoayan, término que los españoles tradujeron como infierno. Este viaje duraba cuatro días. Al llegar a su destino, el viajero ofrecía obsequios a los señores del Mictlán: Mictlantecuhtli (señor de los muertos) y su compañera Mictecacíhuatl (señora de los moradores del recinto de los muertos). Estos lo enviaban a una de nueve regiones, donde el muerto permanecía un periodo de prueba de cuatro años antes de continuar su vida en el Mictlán y llegar así al último piso, que era el lugar de su eterno reposo, denominado “obsidiana de los muertos”.

Gráficamente, la idea de la muerte como un ser descarnado siempre estuvo presente en la cosmovisión prehispánica, de lo que hay registros en las etnias totonaca, nahua, mexica y maya, entre otras. En esta época era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar mexicano, iniciando en agosto y celebrándose durante todo el mes.

Para los indígenas la muerte no tenía la connotación moral de la religión católica, en la cual la idea de infierno o paraíso significa castigo o premio; los antiguos mexicanos creían que el destino del alma del muerto estaba determinado por el tipo de muerte que había tenido y su comportamiento en vida. Por citar algunos ejemplos, las almas de los que morían en circunstancias relacionadas con el agua se dirigían al Tlalocan, o paraíso de Tláloc; los muertos en combate, los cautivos sacrificados y las mujeres muertas durante al parto llegaban al Omeyocan, paraíso del Sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. El Mictlán estaba destinado a los que morían de muerte natural. Los niños muertos tenían un lugar especial llamado Chichihuacuauhco, donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche para que se alimentaran.

Los entierros prehispánicos eran acompañados por dos tipos de objetos: los que en vida habían sido utilizados por el muerto, y los que podía necesitar en su tránsito al inframundo.

La época colonial

En el siglo XVI, tras la Conquista, se introduce a México el terror a la muerte y al infierno con la divulgación del cristianismo, por lo que en esta época se observa una mezcla de creencias del Viejo y el Nuevo Mundo. Así, la Colonia fue una época de sincretismo donde los esfuerzos de la evangelización cristiana tuvieron que ceder ante la fuerza de muchas creencias indígenas, dando como resultado un catolicismo muy propio de las Américas, caracterizado por una mezcla de las religiones prehispánicas y la religión católica. En esta época se comenzó a celebrar el Día de los Fieles Difuntos, cuando se veneraban restos de santos europeos y asiáticos recibidos en el Puerto de Veracruz y transportados a diferentes destinos, en ceremonias acompañadas por arcos de flores, oraciones, procesiones y bendiciones de los restos en las iglesias y con reliquias de pan de azúcar –antecesores de nuestras calaveras– y el llamado “pan de muerto”.

La época actual

El sincretismo entre las costumbres españolas e indígenas originó lo que es hoy la fiesta del Día de Muertos. Al ser México un país pluricultural y pluriétnico, tal celebración no tiene un carácter homogéneo, sino que va añadiendo diferentes significados y evocaciones según el pueblo indígena o grupo social que la practique, construyendo así, más que una festividad cristiana, una celebración que es resultado de la mezcla de la cultura prehispánica con la religión católica, por lo que nuestro pueblo ha logrado mantener vivas sus antiguas tradiciones.

La fiesta de Día de Muertos se realiza el 31 de octubre y el 1 y 2 de noviembre, días señalados por la Iglesia católica para celebrar la memoria de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. Desde luego, la esencia más pura de estas fiestas se observa en las comunidades indígenas y rurales, donde se tiene la creencia de que las ánimas de los difuntos regresan esas noches para disfrutar los platillos y flores que sus parientes les ofrecen.

Las ánimas llegan en forma ordenada. A los que tuvieron la mala fortuna de morir un mes antes de la celebración no se les pone ofrenda, pues se considera que no tuvieron tiempo de pedir permiso para acudir a la celebración, por lo que sirven solamente como ayudantes de otras ánimas. El 28 de octubre se destina a los muertos que fueron asesinados con violencia, de manera trágica; el 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados (limbitos) y a los más pequeños, respectivamente; el 1 de noviembre, o Día de Todos los Santos, es la celebración de todos aquellos que llevaron una vida ejemplar, celebrándose igualmente a los niños. El día 2, en cambio, es el llamado Día de los Muertos, la máxima festividad de su tipo en nuestro país, celebración que comienza desde la madrugada con el tañido de las campanas de las iglesias y la práctica de ciertos ritos, como adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas, los que tienen un gran significado para las familias porque se piensa que ayudan a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte.

El altar de muertos

Como ya comentamos, el altar es la representación iconoplástica de la visión que todo un pueblo tiene sobre el tema de la muerte, y de cómo en la alegoría conduce en su significado a distintos temas implícitos y los representa en forma armónica dentro de un solo enunciado.

El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. Los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida.

El altar, como elemento tangible de tal sincretismo, se conforma de la siguiente manera. Se coloca en una habitación, sobre una mesa o repisa cuyos niveles representan los estratos de la existencia. Los más comunes son los altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra; en cambio, los altares de tres niveles añaden a esta visión el concepto del purgatorio. A su vez, en un altar de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descan- sar en paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. En su elaboración se deben considerar ciertos elementos básicos. Cada uno de los escalones se forra en tela negra y blanca y tienen un significado distinto.

En el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto. El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí. En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio. En el cuarto, el personaje principal es otro elemento central de la festividad del Día de Muertos: el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan. En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto. En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar.

Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.

Las ofrendas y su significado

Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viajar desde el mundo de los muertos para que conviva ese día con sus deudos.

Entre los elementos más representativos del altar se hallan los siguientes:

Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.

La cruz. Utilizada en todos los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos. La cruz va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.

Imagen de las ánimas del purgatorio. Esta se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida. Según la religión católica, los que mueren habiendo cometido pecados veniales sin confesarse deben de expiar sus culpas en el purgatorio.

Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.

Arco. El arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.

Papel picado. Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.

Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar.

Agua. El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos. También se puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo de los muertos

Flores. Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.

Calaveras. Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.

Comida. El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute.

Pan. El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de muertito d e Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.

Bebidas alcohólicas. Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago” Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.

Objetos personales. Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida. En caso de los niños, se emplean sus juguetes preferidos.

El altar de muertos como enunciado

La cultura mexicana tiene su más colorida representación en la celebración de Día de Muertos, festividad que se ha visto retratada en diferentes expresiones culturales, las que abarcan todas las manifestaciones: desde el arte prehispánico hasta el popular de nuestros días. Actualmente, la muerte hecha objeto, la muerte representada, no nos toma por sorpresa. Para el mexicano no radica esta visión en el desprecio sino en su valoración, pues se entiende como una manifestación y una explicación del mundo, heredadas y evocadas inconscientemente.

La fusión de ambas culturas hace del altar un producto comunicativo que evoca constantemente los elementos que le dieron origen y que lo traducen en una repetición y evocación constantes del mundo indígena y del católico, con símbolos que adquieren un nuevo significado.

La muerte, en este sentido, no se enuncia como una ausencia ni como una falta; por el contrario, es concebida como una nueva etapa: el muerto viene, camina y observa el altar, percibe, huele, prueba, escucha. No es un ser ajeno, sino una presencia viva. La metáfora de la vida misma se cuenta en un altar, y se entiende a la muerte como un renacer constante, como un proceso infinito que nos hace comprender que los que hoy estamos ofreciendo seremos mañana invitados a la fiesta.

http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol25num1/articulos/altar/

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Las diez recetas de Peña Nieto para resolver la crisis mundial


26 de octubre de 2012

MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).-

“Es el primer tanto internacional que anota Peña Nieto, su primer gol, su primera victoria en serio”: (Ciro Gómez Leyva sobre la gira del presidente electo en Europa).

Sumergida en la incertidumbre de una crisis económica devastadora, la comunidad europea escuchó el mensaje esperanzador del presidente electo de México, Enrique Peña Nieto:

“Sabemos del momento crítico de crisis económica por el que atraviesa España, y hoy quiero venir a preguntarle a sus autoridades, quiero dialogar con ellas, y compartirles el interés de nuestro país por apoyar y por solidarizarnos con el país hermano de España; de recoger de ellos y de ustedes de qué manera y de qué forma podemos apoyar a España, de qué manera podemos ayudar a España”.

Los líderes europeos no hallaban la razón de la crisis por la que pasan, hasta que escucharon la reveladora teoría del priista:

“Es de señalar que lo que hoy observamos desde México como una crisis o un problema por el que hoy atraviesa la Unión Europea, y que ha hecho particular crisis en España, hoy le señalé al presidente Rajoy que me parece que si bien es una crisis de carácter financiero, también me parece que es más una crisis de confianza”.

A su regreso a México, periodistas de los principales medios electrónicos festejaron el triunfo del brillante Peña Nieto, mientras que la comunidad internacional comenzó a analizar el pensamiento del mexicano para comprender la magnitud de sus descubrimientos.

Este primer estudio se basó en discursos, entrevistas e intervenciones públicas de Peña Nieto en los últimos años y arrojó diez premisas que podrían ayudar a aliviar la crisis mundial.

1.- El mundo global es global.

“Yo estoy convencido que hoy somos parte de un mundo global, de mayor interacción entre los países que somos parte de este mundo global”. Conferencia Magistral: “Los Desafíos de México y su Papel en un Contexto Mundial Cambiante”, 18 octubre 2012.

2.- No hay que ser bilingüe, basta con tener la intención de serlo.

“I guant to bi very cliar de economic policis shud not mak… shudnot meikus forged” discurso pronunciado en el World Future Societys 2008.

 

3.- La clave de una buena relación es una buena relación.

“Y yo reitero que la buena relación de dos países pasa por la buena relación y el buen clima de entendimiento que se tenga entre los jefes de Estado de esos países”. Mensaje ante medios de comunicación, Londres, Reino Unido, 16 octubre de 2012. 

4.- Los acercamientos ayudan a estar más cerca.

“En esta gira internacional tuve oportunidad de estar en seis países, en estos ocho días, y donde los encuentros (…) sin duda permitieron un primer acercamiento de conocimiento, de acercamiento personal y de definición de objetivos para lograr este mayor acercamiento entre nuestros pueblos”.  Mensaje de Enrique Peña Nieto a medios de comunicación, al término de su gira por América Latina, 24 de Septiembre de 2012.

5.- Sólo las mujeres están obligadas a conocer el mundo real.

“No soy la señora de la casa, pero ha de estar entre siete u ocho pesos”. Enrique Peña Nieto consultado sobre el precio del kilo de  tortilla, diciembre de 2011.
6.- No hay mayor problema que cuando la gente cree que hay un problema.

“México es un país seguro, es un país que enfrenta un fenómeno delincuencial nuevo, esto ha cambiado la percepción ciudadana y esto es lo más difícil de combatir”. Entrevista con Jorge Ramos en Univisión, mayo de 2009.

7.- Si no recuerda algo diga que en su momento lo precisó.

“Bueno pues en su momento se dio la explicación fue algo intempestivamente ella llevaba dos años de tener alguna enfermedad parecida a lo que era estos estertores… este… se me  fue el nombre de la enfermedad puntual”. Peña Nieto dando su versión sobre la  muerte de su esposa, Mónica Pretelini. Entrevista con Jorge Ramos en Univisión, mayo de 2009.

8.- Si quiere saber la verdad lea libros sobre las mentiras de otros libros.

“Un libro que me gustó leí incluso el otro la antítesis de ese libro era cómo se llama las mentiras sobre el libro de este libro”, Feria Internacional del Libro, Guadalajara, diciembre de 2011.

9.- El desarrollo económico impulsa el desarrollo económico.

“Y creo que encontramos coincidencia en señalar que es el desarrollo económico lo que facilita, lo que permite realmente que el desarrollo social se alcance de manera más acelerada y fácil cuando tengamos la capacidad, a través de políticas de Estado, lograr darle mayor impulso a la actividad económica, al crecimiento del desarrollo económico”. Encuentro con líderes empresariales en Perú, 24 de Septiembre de 2012.

10.- La variedad es variada.

“Como ya lo ha comentado el presidente de Francia, los temas tratados fueron varios, abordando distintos temas”. Comida con el presidente de la República Francesa, François Hollande, París, Francia, 17 de octubre 2012.

Twitter: @juanpabloproal

Sitio: http://www.juanpabloproal.com

http://www.proceso.com.mx/?p=323563

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Carta dirigida a Antonio Attolini (la nueva estrella del canal de las estrellas)

Carlos Alazraki

Estimado joven Attolini:

Me recuerdas mucho a un comercial de la Lotería Nacional que hice hace años cuando Zedillo era Presidente de la República.

Te lo platico:

Salía un joven como tú a cuadro manejando un Corvette y decía: Yo era comunista hasta… que me gané la Lotería.

Ahora sí… ¡Bienvenido al mágico mundo de la TV! Bienvenido a tu nueva carrera de “crítico” en la televisión mexicana. Bienvenido al medio que tanto criticaste, odiaste, insultaste y vomitaste.

Sí, mi querido joven Attolini, bienvenido al establishment que tanto odias y repudias.

Ahora sí, mi querido joven, vas a vivir lo que nunca has vivido. Vas a vivir la experiencia de tu vida.

Imagínate…

Para empezar, ya estás cobrando tu sueldo de una de las más grandes “mafias del poder”.

Y para el colmo, al aceptar cobrar ese dinero, te acabas de convertir en un empleado más de ellos.

Independientemente de que ya estés padeciendo el odio de tus ex amigos los “ternuritas” del #YoSoy132.

Sí, los mismos ternuritas que te apoyaron, confiaron y te nombraron como uno de sus 43 mil voceros que tienen.

Pero en fin, esa es otra conversación.

Mejor regresemos a lo que vas a vivir:

Fíjate que vas a vivir económicamente mejor. Supongo que te van a pagar por programa. Entonces, cuando multipliques por cuatro programas tu sueldo al mes, te vas a emocionar.

También te vas a emocionar mucho cuando dentro de unos tres o cuatro meses, la gente te comience a reconocer en la calle. Tus papás y tu novia —si es que tienes— van a ser los más felices.

Otra cosa que te va a emocionar es cuando te veas por las mañanas en el espejo y te digas: “Toñito: ¡Eres un genio!”.

¿Te fijaste cómo le diste ayer en la madre a Joaquín y a Marín? ¡Estás en la cúspide!

Y de repente, te va a llegar otra realidad…

Ese día que creíste que le diste en la madre a Joaquín y a Marín… ¿Qué crees? ¡El programa nadie lo vio!

El programa no tuvo ni un punto de rating.

Y de repente… Comenzarán tus agruras. Comenzarán tus pesadillas. Comenzarán tus pensamientos negativos de:

Me van a correr.

Se me va acabar ese delicioso sueldo que me daban para criticarlos. Las ternuritas ya no me van aceptar.

Y para el colmo… Ya me volví normal… Tendré que trabajar en serio para ganarme la vida…

¡¡¡Qué horror!!!

¡¡¡Ya no voy a ser famoso!!!

En fin, mi joven Attolini, esta es una opción de lo que te puede pasar. Igual y me equivoco muchísimo.

Igual y tu programa es un éxito e igual tú y tus amiguitos serán los próximos conductores estrellas de ese Canal.

Conductores estrellas con todos los privilegios que gozan los conductores.

Sin embargo… Lo dudo mucho… El domingo vi tu primer programa…

carlos@alazraki.com.mx

http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=145716

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