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Archive for 15 de noviembre de 2012

¿Y si nos enorgullecemos de la mariguana?

Claudio Lomnitz

La legalización de la mariguana en los estados de Washington y Colorado es una gran noticia, y más todavía si se le ve a partir una apreciación del sentido histórico de las elecciones pasadas en Estados Unidos. El analista político de The New York Times Thomas Edsall, tras un análisis cuidadoso de tendencias electorales de largo plazo, llega a una conclusión lapidaria: los republicanos han perdido las guerras culturales (culture wars), debido a cambios paulatinos pero consistentes en torno de un abanico de temas, que van desde la aprobación de la igualdad para la mujer, la protección de los derechos reproductivos, la aceptación de las parejas homosexuales, hasta la legalización (o cuando menos la medicalización) de la mariguana. Esta derrota ideológica –amplísima– importa porque refleja tendencias electorales que se vienen consolidando desde hace 20 años, y que sólo tenderán a fortalecerse, según se siga aumentando el voto latino y el voto femenino.

Más allá de actitudes cambiantes en cuestión de moral pública, en el tema específico de la mariguana, los estados de esa nación tendrán importantes alicientes económicos en pro de la legalización. The Huffington Post calcula que si Estados Unidos legalizara la mariguana, se ahorraría arriba de 13 mil millones de dólares anuales, incluidos mil millones tan sólo en gastos carcelarios. Esto, en un contexto en que hay estados de la federación estadunidense que están ahogados en deudas, como California, y que tienen sus cárceles rebosando de presos condenados por posesión o distribución de mariguana. En el caso específico de California, el Partido Demócrata acaba de ganar por primera vez una supermayoría en el Congreso (es decir, posibilidad de pasar leyes sin aliados del Partido Republicano), no es demasiado remoto que California siga los pasos de Washington y Colorado, por simple lógica fiscal.

México debe responder a estas nuevas moviéndose rápidamente a la legalización, imitando punto por punto la ley del estado de Washington (que prohíbe el consumo a menores, y que prohíbe conducir automóviles bajo influencia de la mariguana). Ojalá que haya algún partido político que se lance a presentar un proyecto de ley en el Congreso, y que los gobiernos progresistas del país, comenzando por el Distrito Federal, se muevan en el mismo sentido, cuanto antes mejor.

Además de los beneficios a escala de política social –y como un primer paso hacia concluir la guerra del narco– habría que pensar que México tiene un lugar privilegiado en el imaginario de la mariguana, que tendría que aprovechar económicamente. Cabría, incluso explorar eventualmente si México no podría reclamar apelación de origen para la mariguana comercial, y que la mota de los estados de Washington o Colorado tuviera que llamarse de otro modo (weed, por ejemplo), y que la auténtica mariguana sea la que se siembra en México, con despliegue de técnicas, usos y costumbres locales.

Además de los beneficios económicos, políticos y sociales de la legalización, el cultivo comercial de la mariguana enriquecerá el imaginario promovido en nuestra publicidad comercial. El contraste con el tequila podría ser especialmente interesante.

Casi todo el simbolismo de publicidad del tequila hiede a nostalgia por el mundo de la hacienda, con marcas como Patrón, Herradura, Don Julio, Jimador, Don Fulano, Comisario, Don Eduardo, Cazadores, etcétera.

La industria futura de la mariguana mexicana se valdría de otro repertorio, no sólo más divertido, sino también mucho más importante a escala del reconocimiento de los actores sociales que más han contribuido a forjar nuestra modernidad. Se me ocurre un sinnúmero de nombres de marca posibles (hoja fina, tripa corta, hecho a mano, apelación controlada), comenzando por homenajes más que merecidos a las peregrinaciones mexicanas de la contracultura estadunidense (Acapulco Gold, On the Road o Howl). Se abrirá, además, la posibilidad de reconocer a otras generaciones de la mariguana, y a la interculturalidad que ha sido central en el desarrollo de la cultura mariguanera (nel, Avándaro, 68, etcétera). Incluso las marcas que optaran por imágenes porfirianas retro, más acordes con el mundo imaginario del tequila, tendrían un repertorio mucho más interesante de dónde escoger sus símbolos que el mundo machacón del charro y del hacendado. Podría haber marcas populares con nombres como Sardo, La Leva o Santa de Cabora.

Más allá del mundo divertido de la creación de imágenes para un nuevo producto legal (aunque de consumo restringido), importa reconocer que estamos genuinamente ante una oportunidad –una situación que permitirá reducir y repensar el problema del narcotrafico, formentar la artesanía y la agricultura de punta, e integrar el mercado norteamericano con un producto que ha tenido una tradición importante y negada en la búsqueda de la paz y del amor, y cuyo sentido se ha pervertido hasta el grado en que hoy representa sólo sangre y prisión. Estamos tan acostumbrados a las malas noticias que a veces no sabemos aprovechar las buenas. Ésta es una buena noticia. No hay que dejarla pasar sin sumarse de manera decidida a un movimiento que tiene verdaderas posibilidades transformadoras.

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Los amigos son cosas

A unos metros de mí, sentado frente a su copa casi vacía, un escritor famoso conversa con sus amigos. Alguien se acerca a preguntarme: ¿Por qué no lo saludas? Porque nadie me lo ha presentado, respondo más para mí mismo que para quien me pregunta. Y espero que nadie se atreva a presentármelo.

Esta última frase pasa por mi cabeza sin tomar el camino de la voz. No es momento en la vida para hacer nuevos amigos, ni conocer una versión más del carácter humano. Los amigos se van marchando a causa de mi distracción, por simple cansancio o porque no han encontrado en mí una respuesta amable a su actitud amistosa. El personaje de “El refugiado”, esa extraña y cómica novela de Arnon Grunberg, se ve obligado a vivir con el esposo de su propia mujer debido a circunstancias poco comunes, sin embargo sus celos no son obstáculo para que se alegre por la dicha de su mujer que ha encontrado en brazos de otro una felicidad no esperada. Él mismo trata de convencerse cuando se dirige a ellos con estas palabras: “Creo que uno debe alegrarse de la felicidad de las personas a las que uno quiere, aunque no participe de esa felicidad.” Algo parecido me sucede a estas alturas de mi vida, pues creo que las personas que más quiero deben mantenerse apartadas de mí. Estoy seguro de que mi lejanía debe aportar algo a su felicidad y que practicar la distancia es una muestra de amistad mesurada y profunda.

Los amigos son cosas que uno aprecia, cosas que se erosionan o se pierden durante una mudanza. Así como es imposible salir de uno mismo para echar una ojeada desinteresada por el mundo, así tampoco nadie puede entrar en nuestro propio pensamiento. Por eso los amigos son cosas que se observan o se quieren, pero no se conocen. El poeta Charles Simic se asombraba por la necesidad que tenían los críticos de conocer un poema a profundidad y creía que tras esa desesperación había un terror inmenso, ansiedad por liberarse del misterio y la imaginación que socava nuestra tranquilidad. Quien desea desterrar el misterio intrínseco en los poemas que lee se comporta como el amigo que se halla empecinado en conocer los sentimientos de sus amigos. Otro escritor, famoso por ganar un premio, Orhan Pamuk, se atrevió a publicar sus disertaciones sobre la novela e intentó hacernos ver que la novela, por más desordenada que sea, siempre posee un centro o una esencia. Y los lectores buscan en las páginas de esa novela ese centro oculto o misterioso. Su libro se llama “El novelista ingenuo y el sentimental”, pero debo decir que no estoy de acuerdo en varias de sus apreciaciones. Yo creo que la novela es una cosa sin centro ni esencia, como los amigos, y ambas cosas deberían apreciarse o leerse sin esperar encontrar lo que son en realidad. Hacer algo así —encontrar la esencia— nos está velado.

Lo que ahora quiero hacer es pedir perdón a mis amigos por no darles la atención que merecen. No intento comprender sus acciones ni tampoco saber por qué sufren o se caen de la silla, sino ser digno de la simpatía que me causan, ser agradecido como deben serlo las personas que tienen miedo y angustia a todas horas. Y a veces ni siquiera los saludo cuando estoy próximo a ellos, clavo el pico en el suelo o tiró los ojos metros más adelante como hacen los que juegan a la rayuela. Es la edad la que últimamente no me deja vivir en paz ni mantenerme alerta y cuidadoso. “Un día te despiertas y te frotas los ojos, y ya no sabes para qué te has despertado. Lo que el nuevo día traiga consigo lo conoces ya de antemano: la primavera, el invierno, los paisajes, el clima, el orden de la vida. Ya no puede ocurrirte nada imprevisto.” De este modo describe la vejez Sándor Márai a través de la voz melancólica y casi ciega de uno de sus personajes. ¿Sucederá lo mismo con la amistad?

Esas cosas que se llaman amigos ¿dejarán de ser algún día importantes? ¿Dejarán de causarte simpatía? Ruego que no sea así porque entonces la soledad no será un quedarse a solas, sino un morirse en vida, un morirse sin saber que se muere.

http://www.ngpuebla.com/node/43149#.UKTSY4bEeR9

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Test para detectar tu (anti) peñamanía

Por: Jorge Zepeda Patterson – noviembre 14 de 2012 – 0:02
¿Cuán cerca está Peña Nieto de tu corazón, o por el contrario, de tu hígado? A menos de dos semanas del arranque del próximo sexenio surgen todo tipo de polémicas sobre el gobierno que tendremos. Algunos creen que el regreso del PRI mejorará al país, otros piensan que será un desastre. Con el propósito de ayudar a descubrir tus fobias o tus filias, propongo a continuación someterte al siguiente test. Elige la respuesta a cada una de las siguientes preguntas y suma el número colocado entre paréntesis. La cuenta final te dirá cuán cerca estás de ser un Peñanietista militante o de clóset, o un antipriísta furibundo. Nota: este test carece de validez científica (pero la política también).

1.- “El Quinazo” Los presidentes necesitan dar un manotazo sobre la mesa para establecer su liderazgo sobre la clase política. Salinas metió a la cárcel a “La Quina”, el poderoso líder petrolero; Zedillo a encerró a Raúl Salinas; Calderón sacó al Ejército a las calles. ¿Qué hará Peña Nieto para afirmar su liderazgo? ¿Quién sería una víctima propicia para un “quinazo”?

a) Un gobernador priísta. (4)
b) Un gobernador de oposición. (1)
c) Un líder sindical poderoso. (3)
d) Calderón o un miembro de su gabinete. (5)
e) Ninguno. (0)

2.- El papel de Angélica Rivera, “La Gaviota”, como primera Dama. Al inicio de la campaña la ahora esposa del presidente electo tuvo un desempeño protagónico en la formación de la imagen del candidato. En la última fase pasó a segundo plano para evitar mayores críticas sobre los vínculos de Peña Nieto con Televisa. Quien conoce a Angélica Rivera asegura que tiene una personalidad fuerte, lo que lleva a preguntarnos ¿Qué tipo de primera Dama habrá de ser?

a) Modelo Martha Sahagún: protagonismo personal directo, vicepresidenta de facto. (2)
b) Modelo Margarita Zavala: Influyente tras bambalinas, pero opacada por el Presidente. (3)
c) Modelo Zedillo: cero a la izquierda, anulada. (5)
d) Modelo Salinas: no termina el sexenio como primera dama; el mandatario tendrá otra pareja de facto. (1)
e) Peña Nieto enviuda. (1)

3.- El destino de Elba Esther Gordillo. Al inicio de cada sexenio se afirma que ahora sí será el último de Elba Esther Gordillo, lideresa histórica del sindicato de maestros. Sin embargo, su poder ha ido en ascenso sexenio tras sexenio. ¿Qué pasará en el siguiente?

a) Terminará el sexenio como empezó, poderosa e intocable. (1)
b) Aumentará su poder tomando el control de la SEP. (0)
c) Se retirará de la escena pública pero seguirá manteniendo los hilos de control en el SNTE. (3)
d) Retiro forzado por la mano del presidente, pero con amnistía para gozar su riqueza personal. (4)
e) Retiro forzado y desacreditación pública; acusaciones en tribunales por riqueza inexplicable y otras faltas. (5)

4.- El papel de Luis Videgaray. Hasta ahora el economista ha sido el brazo derecho de Peña Nieto: coordinador de su campaña, jefe de facto del equipo de transición. ¿Qué le deparan los próximos seis años?

a) Hombre poderoso del régimen y delfín del Presidente para el 2018. (1)
b) Hombre poderoso del régimen pero con fin trágico (Camilo Mouriño). (0)
c) Hombre poderoso del régimen pero obligado a renunciar por sus enemigos (Reyes Heroles). (2)
d) Cerebro gris del gobierno, pero opera tras bambalinas (Córdoba Montoya). (4)
e) Secretario poderoso, pero neutralizado desde el principio por los Dinosaurios. (3)

5.- El empresario del sexenio. Tradicionalmente los presidentes del país solían favorecer a un empresario por sobre el testo. Lo hacían en parte para evitar que alguno de ellos adquiriera un peso desproporcionado, pero también porque preferían que el empresario del momento le debiera los favores al Presidente en turno y no al anterior. Salinas hizo a Slim, Fox a Olegario Vázquez Raña. ¿Cuál será el mimado por Peña Nieto?

a) Carlos Slim. (1)
b) Emilio Azcárraga. (0)
c) Harp Helú. (5)
d) Germán Larrea. (4)
e) Esos y todos los grandes empresarios. (0)

Diagnóstico:

17 a 25 puntos. Eres un Peña Nietista convencido y un optimista inveterado. Confías en que el buen gobierno y el oficio político regresa con el PRI. En tu fuero interno asumes que debajo de ese copete hay un buen hombre y el potencial para convertirse en un Jefe de Estado. Eso, o simplemente no sabes sumar.

12 a 16 puntos. Mantienes algunas reservas sobre Peña Nieto y el PRI, pero consideras que no nos puede ir peor que con el PAN. En todo caso, asumes que con todos sus defecto el PRI hará un gobierno más eficiente. No importa que roben, pero carajo, que permitan trabajar.

7 a 11 puntos. Seguramente no votaste por Enrique Peña Nieto y no te entusiasma el regreso del PRI, pero consideras que la sociedad mexicana es más compleja y exigente que en el pasado. Eso acotará algunos excesos del nuevo PRI. Las cosas no mejorarán, pero tampoco empeorarán gracias a la presión social y a la crítica. Revisarás la prensa con escepticismo pero con la esperanza de ver signos alentadores muy de vez en cuando.

1 a 6 puntos. Estás convencido de que el regreso del PRI es una calamidad: “peor de los mismo”. Peña Nieto servirá a los intereses de los monopolios, los poderes factuales. Sus reformas están encaminadas a favorecer al gran capital, el resto es maquillaje legitimador. En tu caso se sugieren dosis adecuadas de exilio, alcohol y literatura para aliviar el paso de los próximos seis años.

¿Te reconoces en alguna de las categorías anteriores? ¿Hay otras?

@jorgezepedap

http://www.jorgezepeda.net

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